Termino entonces a primeras horas de la tarde golpeando ciegamente la persiana respirando sofocadamente tartamudeando y estallando ¿a dónde ir? ¿qué es exactamente lo que está mal? ¿contra quién formar piquete? ¿a quién combatir? ¿tras qué ventanas oiré al menos a alguien de la mesa levantarse para preguntar "oí a alguien ahí afuera ahora"? ayer hace una hora vino hacia mí en un destello fugaz y estaba todo tan claro todavía lo está ahora si lo está está quizás oculto debe estar oculto el disparo me descompuso... porque nunca antes oí aquel sonido trayendo pensamientos salvajes al principio desagradablemente salvajes insensiblemente salvajes ahora aunque se han aplanado y han sido estrujados dejando sólo la extrañeza raíces dentro de un paño descolorido goteando desde la cuerda de la ropa pensamientos extraños pensamientos dudosos inútiles e innecesarios el estallido es cierto me hizo saltar hacia atrás pero por un momento contento con todos los retratos, posters y demás cosas pintadas para mí ah pero me volví y la vez siguiente que miré los guantes de la basura habían atacado los lienzos abandonado camiones de porquería desordenando los colores con un picor que ciega forzándome una vez más a cerrar de golpe los postigos de mis ojos pero también a preguntarme cuando se abrirán mucho muchísimo más fuerte que los de cualquier otro que estén dirigidos aquí los míos "¿cuando abrirá los ojos?" "¿quién él? ¿no lo sabes? está loco nunca abre los ojos" "pero seguramente echará de menos el mundo" "¡na! él vive en su propio mundo" "entonces debe estar verdaderamente loco" "está loco sí señor" y así sobre deslumbrantes calles y carreteras rurales escucho cascabeles tintineos y sonidos metálicos y a jóvenes vírgenes campiña adentro cantar y reír con voces vacilantes desvaneciéndose suavemente me paro y sonrío y descanso un rato observando las velas del atardecer apagarse inadvertido inadvertido porque mis ojos están cerrados.
Periodista, magíster en letras con mención en literatura. Ha sido publicado en las antologías poéticas Nueva Poesía Hispanoamericana (2007) y Treinta Poéticas (2008), ambas bajo el sello editorial español Lord Byron Ediciones.
2 comentarios:
oye, buenos gustos musicales.
perdurar.
Te mando un regalo:
Epitafio esbozado, Bob Dylan.
Termino entonces
a primeras horas de la tarde
golpeando ciegamente la persiana
respirando sofocadamente
tartamudeando
y estallando
¿a dónde ir?
¿qué es exactamente lo que está mal?
¿contra quién formar piquete?
¿a quién combatir?
¿tras qué ventanas
oiré al menos
a alguien de la mesa
levantarse para preguntar
"oí a alguien ahí afuera ahora"?
ayer
hace una hora
vino hacia mí
en un destello fugaz
y estaba todo tan claro
todavía lo está ahora
si lo está
está quizás oculto
debe estar oculto
el disparo me descompuso...
porque nunca antes
oí aquel sonido
trayendo pensamientos salvajes al principio
desagradablemente salvajes
insensiblemente salvajes
ahora aunque se han aplanado
y han sido estrujados
dejando sólo la extrañeza
raíces dentro de un paño descolorido
goteando desde la cuerda de la ropa
pensamientos extraños
pensamientos dudosos
inútiles e innecesarios
el estallido es cierto
me hizo saltar hacia atrás pero por un momento
contento con
todos los retratos, posters y demás cosas
pintadas para mí
ah pero me volví
y la vez siguiente que miré
los guantes de la basura
habían atacado los lienzos
abandonado camiones de porquería
desordenando los colores
con un picor que ciega
forzándome una vez más
a cerrar de golpe los postigos de mis ojos
pero también a preguntarme
cuando se abrirán
mucho muchísimo más fuerte
que los de cualquier otro que estén
dirigidos aquí los míos
"¿cuando abrirá los ojos?"
"¿quién él? ¿no lo sabes? está loco
nunca abre los ojos"
"pero seguramente echará de menos el mundo"
"¡na! él vive en su propio mundo"
"entonces debe estar verdaderamente loco"
"está loco sí señor"
y así sobre deslumbrantes calles
y carreteras rurales
escucho cascabeles
tintineos y sonidos metálicos
y a jóvenes vírgenes
campiña adentro
cantar y reír
con voces vacilantes
desvaneciéndose suavemente
me paro y sonrío
y descanso un rato
observando las velas
del atardecer apagarse
inadvertido
inadvertido porque mis ojos están cerrados.
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