Qué estela dejó su paso
por estas tierras tan despobladas
y muertas
¿Cuáles memorias me pertenecen, cuando cada vez que
la imagino en el rostro de otra; me desvanezco?
¡Late!, te grito, te imploro,
pero tú, terco, te resistes y despacio a mi alma le susurras
que ya no hay razones para seguir palpitando
Corazón mío maldito, te maldigo por dejarme ahora
con este peso, con el dolor de los recuerdos
Pero pienso y… sí, quiero seguir, no morir
Por eso te ruego, corazón mío
¡Late! Y no me abandones acá
a la deriva transitando solo por este hostil mundo
¡Vamos carajo, vuelve a palpitar!
se mi compañero para que así, juntos
sigamos tras los pasos
de la memoria de su paso.
martes, 18 de diciembre de 2007
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2 comentarios:
Cuesta reiniciar el camino cuando caemos vencidos por librar cruentas batallas. Cuesta, pero nada es imposible..
Hermoso poema, Cristián
Felicitaciones!
Un abrazo desde mi árbol
Pilar
Que poema más hermoso, Cristián.
En el momento que recorria cada letra y cada una de ellas entraba a mi corazón como una rafaga de viento muy suave, que me invitaba a una reflexion muy profunda de lo grande que es nuestro corazón y la gracia que nos entrega cuando nos sentimos enamorados y cuando este amor deja grandes huellas en nustro existir.
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