La felicidad transita a un ritmo vertiginoso
Sólo en ocasiones nos alza una mano,
pero ella es caprichosa y poco dadivosa
La última vez que la vi
un beso desde lo lejos me lanzó
del cual sólo recibí su espejismo ominoso
Eso ya pasó.
Largas noches en vela me tomó,
olvidar la ilusión que ella generó
Desde que finalmente se marchó
y su vuelo emprendió
decidí serle fiel al pasado,
y aunque vagamente lo conozco
Lo imagino recordando más que la memoria.
martes, 9 de octubre de 2007
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